lunes, 27 de noviembre de 2006

plan travesti


No tenía demasiado tiempo, en cualquier momento podría aparecer su padre. Tenía muy claro que no debía estar allí, que lo que iba a hacer no estaba bien, pero la ansiedad por abrir el armario y verlo de nuevo era demasiado fuerte. Tenía el momento en que la vio entrar atravesado en la cabeza, tanto que no había podido pensar en ninguna otra cosa, su tiempo se detuvo.


Nunca la había visto tan hermosa, el azul realzaba sus ojos, su figura aunque no estuviese marcada, podía intuirse perfectamente definida a través de la tela y el estampado de flores convertía a su madre, a quien veía cada día fregar los platos, en una imagen casi onírica.


Entre lagrimas y con toda su fuerza abrió como un salvaje la puerta, sabía que en él la magia del vestido perdería su fuerza, pero le daba igual. Necesitaba sentirse bella.
Se acabó el plan travesti, si no has ido nunca ya nunca podrás ir (tristemente es mi caso) estoy seguro de que me hubiese reído un huevo pero en fin, al final siempre remoloneamos en estas cosas y luego nos arrepentimos

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